hermandad de
Santiago
Hermandad de Nuestro Padre Jesús en la Columna y María Santísima de la Paciencia.
La nueva entidad, creada al calor de la piedad surgida a raíz de la devastadora epidemia de cólera de 1649 junto con otras tantas corporaciones de sangre locales, se destina a asistir a los enfermos de la collación, a dar de comer a doce pobres el día de Santiago, a enterrar a sus difuntos y a salir en procesión cada Jueves Santo. Al poco la entidad amplía sus reglas y ve aumentar su ajuar –como en 1714 con una urna destinada al misterio con la que no quedan satisfechos– en tal cantidad que consigue del Consistorio la cesión de un espacio junto al templo para su conservación.
Su día a día se ve revolucionado en 1789 con la renovación de las imágenes titulares. La cristífera se encarga al prolífico obrador de Manuel García de Santiago que parece que se acompañaría durante el desfile por un san Pedro a fin de escenificar el momento de sus lágrimas. Y la virgen de la Paciencia la gubia el notable escultor José Montes de Oca con gran calidad de talla y efectos en su policromía con la que intenta simular el llanto gracias a un juego de barnices.
La pragmática de Carlos III obliga a su reaprobación como corporación, si bien la Columna sólo refrenda las normas por el modo ordinario. Los distintos cambios políticos y económicos del siglo XIX se dejaron notar en las idas y venidas de la entidad que tan pronto conoce tiempos de auge como de merma extrema, remediándose a base de continuas aprobaciones de reglamentos.
Así, en 1800 la cofradía echa a la calle el Jueves Santo con nazarenos de negro, niños vestidos de ángeles con atributos pasionistas y armados acompañando al misterio y el palio, en una jornada que acabó accidentada y en pleito contra la Vera Cruz. En 1881 el viajero anglo-francés George Bonsor la describe en su diario y en un lienzo de gran formato como una cofradía menos poblada de figurantes y más volcada al costumbrismo.
También el siglo XX ha sido desigual para la corporación. La extinción de la parroquia, la asimilación del templo por parte de la comunidad Salesiana y su marcha posterior han marcado su destino. La corporación retiró el luto de las vestimentas, vio engrandecer su ajuar con un suntuoso palio en 1924 y nuevas canastillas neobarrocas en 1948 y trocó su titular mariana por otra de rasgos contemporáneos en 1953. Supo aprovechar como ninguna el ‘boom cofrade’ y comenzó a disponer de hermanos costaleros en 1975, organizó un grupo juvenil, asumió la conservación del templo filial que ha restaurado, se hizo con casa hermandad propia y vio aumentar su nómina de hermanos exponencialmente.
NUESTRO PADRE JESÚS EN LA COLUMNA
Realizado en 1789 por el escultor sevillano Manuel García de Santiago a instancias del prioste José Rodríguez Ballesteros. La talla, de estilo barroco pleno, se debió completar compositiva e iconográficamente con un san Pedro con el que dialogaría visualmente. Contrasta su frontalidad apolínea de pulimentos inmaculados, rostro abstraído y cuerpo descansado, con la tensión del desgarro de las flagelaciones en su espalda. Una dualidad buscada por el autor a fin de conmover al espectador en su piedad mostrando la divinidad del Salvador cuando la imagen se acerca y su humanidad descarnada en su marcha.
MARÍA SANTÍSIMA DE LA PACIENCIA
Paciencia es una advocación única en el territorio hispano para una imagen dolorosa. Fue tallada en 1953, y durante veinte años retocada, por Francisco Buiza en sustitución de otra anterior de Montes de Oca cuya mascarilla custodia la hermandad. La imagen sorprende por la modernidad de sus facciones en las que se encuentran la dulzura de sus rasgos juveniles con la emoción contenida que se vislumbra a través del sinuoso juego de cejas, la boca entreabierta y la expresiva policromía. Muy características del autor son sus manos de largos dedos y movimiento sinuoso que suelen denominarse ‘de tenedor’.
PASO DE MISTERIO
El conjunto de misterio es fruto azaroso de las modas. Las andas se elaboraron en 1948 y, posteriormente, se le añadieron respiraderos y candelabros de José Herrera y Ángel Feria, y fue ampliado por Manuel Guzmán Bejarano y Antonio Díaz a fin de calzar 35 costaleros. En ella se alterna la estructura arquitectónica lisa en color natural, con paneles dorados y policromados de hojarasca neobarroca en relieve. Al azotado, dispuesto en primer término, le acompañan desde 1943 un sanedrita y un sayón negro flajelante del taller de escuelas salesianas, y un centurión romano de Antonio Gavira Alba realizado en 1957. Como fósil de su antigua iconografía resta un gallo de taxidermia.
PASO DE PALIO
Es uno de los más suntuosos y cerrados conjuntos de la Semana carmonense. Compuesto por un manto diseñado a fines del siglo XIX por Guillermo Muñiz y realizado por Josefa Antúnez en estilo art deco de sencilla decoración asimétrica de cardanchas, acantos y flores de gran relieve, y bambalinas juanmanuelinas de novedoso diseño, comprados en 1924 a la cofradía nazarena de Lora del Río que, a su vez, los había adquirido a la sevillana del Calvario tras un incendio. En la actualidad el conjunto ha sido cerrado por Bonilla Cornejo con un novedoso respiradero bordado, que repite el diseño del terno mariano, enmarcado en un festón de plata, y nuevos varales, faroles y bordados del techo de palio.
INSIGNIAS
El cortejo de la Columna se caracteriza por las piezas de bordado. Destaca el guión corporativo, obra de Antonio López con reaprovechamiento de bordados rococós procedentes del convento de Concepción; así como los simbólicos estandartes de ‘Santiago’, ‘CCCL aniversario fundacional’ y ‘María Auxiliadora, de reciente factura.